La creencia de que las personas de una raza son superiores a las de otra ya es de por sí aborrecible, pero la situación empeora cuando parece que a ciertas personas de la raza marginada se las trata como si fueran en cierto modo incluso menos valiosas. Esa realidad es como sal en una herida para muchas mujeres afroamericanas, incluidas las de Baltimore, Estados Unidos, que sienten que la gente se preocupa más por los hombres de su raza.
En última instancia, cualquier discriminación es mala. La solución no es simplemente equilibrar los niveles de discriminación, sino eliminarla a través de medidas de cambio social.
Las hermanas de Baltimore se enfrentan al reto de pasar de las respuestas basadas en la reacción a las proactivas. Mientras que algunos pueden ser llamados a protestar contra la injusticia, estas hermanas trabajan en primera línea en iniciativas que transformarán vidas y construirán un mundo más justo.
1. Diles a los alumnos que para empezar esta actividad tendrán que contar cuántas personas hay en la sala. A continuación, cuenta únicamente a los hombres adultos. Si no hay ninguno en la sala, simplemente di "cero" o "no hay nadie".
Explícales:
- A lo largo de la historia, descubriremos algunas formas peculiares de contar personas. El método que acabamos de utilizar refleja la forma en que los escritores de los Evangelios contaban a la multitud en la famosa historia bíblica de cuando Jesús tomó cinco panes y dos peces y dio de comer a 5000 hombres.
- La historia se cuenta en los cuatro Evangelios y probablemente sea más asombrosa porque el recuento solamente incluye a los hombres. De hecho, la versión de Mateo dice que "los que comieron fueron unos 5000 hombres, sin contar mujeres y niños", mientras que la versión de Juan señala que Jesús tomó los panes de un niño que los traía (al parecer, la única persona de la multitud lo bastante sensata como para traer comida).
- La multitud probablemente era mucho mayor y lo que Jesús hizo parecería milagroso incluso si solo estuviera alimentando a los que estamos aquí hoy. Pero según esta forma de contar, muchos de los que estamos aquí no seríamos nadie.
2. Indícales a los alumnos que en esta próxima actividad cinco de ellos serán nombrados "otros" (en la medida de lo posible, elige un grupo diverso de "otros", incluidos algunos miembros del grupo racial mayoritario de tu clase). Cuenta a todos los demás alumnos en voz alta, luego señala a los "otros" y di "y tres más hacen (número total)".
Explícales:
- Este método de recuento refleja la forma en que se contaba a los estadounidenses en 1787, cuando se redactó la Constitución de Estados Unidos. El artículo 1 de la Constitución establece que solo se contarían tres de cada cinco personas no libres. El Gobierno cuenta a las personas para determinar cuántos representantes tendrá cada estado en el Congreso y cómo se recaudará y distribuirá el dinero de los impuestos.
- Esta forma de contar demuestra que, a los ojos de la ley, los esclavos no eran considerados plenamente humanos. Sobre el papel, únicamente eran humanos en un 60 por ciento. En la vida real, eran tratados como propiedad de la que se podía abusar y vender, no como seres humanos con derechos y dignidad.
- Tuvieron que pasar más de 80 años y una guerra que casi destruyó el país hasta que se cambió la Constitución para prohibir la esclavitud y conceder a los antiguos esclavos los mismos derechos, incluido el derecho al voto. Sobre el papel ahora eran 100 % humanos, pero a día de hoy muchos afroamericanos no son tratados como tales.
Invita a los alumnos a reflexionar sobre lo que se siente al no contar para nada o al ser tratado como alguien inferior. A continuación, pregúntales:
- ¿Cuáles son algunas situaciones en las que has estado donde tu valor o tus derechos no han sido iguales a los de los demás?
- ¿Cómo te perjudicó ese trato y cómo perjudicó al grupo o comunidad que te trató como si fueras inferior?
- Cuando una persona es tratada como alguien inferior, ¿qué hay que hacer para mejorar su situación?
Pídeles a los alumnos que recuerden alguna ocasión en la que ellos o alguien conocido
hayan sido tratados como personas inferiores a los demás. Después, recen:
Dios de las oportunidades, danos a todos la oportunidad de vivir en libertad e igualdad.
Ayúdanos a reconocer en los demás la bondad que procede únicamente de Ti.
Ayúdanos a considerar a todos los demás como iguales a Tus ojos, y fortalécenos para que podamos contar los unos con los otros para tratar a todos con dignidad.
Amén.
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