"La ternura en la fe de los niños me ha conmovido. Al escuchar sus oraciones espontáneas, pidiendo al Señor paz, pan, trabajo y fraternidad para la humanidad, percibo una conciencia social profunda, incluso a tan corta edad", escribe la Hna. Carolina Lizárraga sobre su misión en Mozambique. Al observar a los niños danzar y rezar, la religiosa se pregunta por qué al crecer nos alejamos del cariño, la confianza y la alegría de la fe presente durante la niñez.