En medio de una crisis en su antigua congregación religiosa, la Hna. Carmen Notario encontró en la comunidad del monasterio benedictino de Weston Priory, en Estados Unidos, algo distinto: autenticidad, amor fraterno, ternura y una sencillez que sanaba. "Ver cómo se amaban los hermanos, cómo se respetaban, el cariño que manaba de sus ojos, me hacía llorar y lamentar que nosotras no pudiéramos experimentar lo mismo con la nuestra", relata.