En medio de la escasez de alimentos y medicinas, además de los brotes de enfermedades, religiosas misioneras de cinco continentes recorren Cuba para llevar alimentos, acompañamiento espiritual, atención a ancianos y familias, y palabras de esperanza. "¿Y hoy qué les llevamos?", preguntó una hermana, cuando no tenían suficiente comida para compartir. "La presencia de Dios", respondió otra. En la isla, donde el 89 % vive en pobreza extrema, las hermanas permanecen junto al pueblo.