En medio del conflicto en el este de la República Democrática del Congo, que ha desplazado a 7.8 millones de personas, según la ONU, la violencia sexual contra las mujeres y las niñas se usa como arma de guerra. Por eso, miles de ellas han huido a países vecinos como Uganda, Burundi y Ruanda, afirman hermanas católicas activas en la región, quienes ofrecen a las víctimas refugio, atención médica y consuelo emocional.