Cinco mujeres relatan el sufrimiento causado por el abuso sexual, emocional, psicológico, espiritual y de poder —cuando eran niñas o jóvenes— a manos de religiosas. Décadas después, marcadas por el silencio institucional de la Iglesia, ninguna ha logrado cerrar su proceso de sanación ni acceder a una reparación plena por la violencia que marcó sus vidas. Lo que piden no es venganza, sino ser escuchadas. "Nunca volveré a callarme", comenta una de las víctimas.