Utilizar la Oración del Cuarto de Hora para llevar una vida consciente

(Foto: Unsplash/Farin Sadiq)

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Tessy Jacob

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Traducido por Purificación Rodríguez Campaña

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En mis primeros años de formación religiosa como Hermana Misionera del Espíritu Santo, la primera oración que aprendí fue la Oración del Cuarto de Hora, un ejercicio espiritual desarrollado por San Arnoldo Janssen, nuestro fundador y fundador de tres congregaciones religiosas. Como el inglés no era mi lengua materna, tardé unos días en aprenderla. La directora nos dijo que el padre Arnoldo rezaba esta oración cada 15 minutos (y había un reloj que sonaba cada 15 minutos). Reflexioné sobre el misterio de que alguien rezara cada 15 minutos.

Tras haber aprendido la oración, la utilizamos con entusiasmo para continuar la herencia de nuestra congregación y la recitábamos mientras nos ocupábamos de nuestras tareas. Pasaron los años y la frecuencia de la oración del cuarto de hora se redujo a la oración de la mesa, con casi un intervalo de 12 horas. La recitábamos en ocasiones solemnes, y le añadíamos cierta variedad con la participación de la comunidad en cada estrofa de la oración. Al final de la oración invocábamos la intercesión de los santos Arnoldo, José Freinademetz, Madre María y Josefa. A pesar de todo, hace poco que me di cuenta del motivo.

TEsta foto muestra el ‘reloj del Cuarto de Hora’ original que utilizó el fundador de las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo, san Arnoldo Janssen, y que se encuentra en el museo y archivos de la congregación. (Foto: cortesía de las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo)

Esta foto muestra el ‘reloj del Cuarto de Hora’ original que utilizó el fundador de las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo, san Arnoldo Janssen, y que se encuentra en el museo y archivos de la congregación. (Foto: cortesía de las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo) 

El padre Arnold Janssen, hombre de increíble sabiduría, tenía fama de tonto o de santo, así como de tener un carácter temperamental y poco sociable. Fue fundador de tres congregaciones misioneras en Europa —durante el Kulturkampf, cuando la vida religiosa estaba en declive— y se empeñó en conseguir lo que consideraba la voluntad de Dios. Pero ante Dios y en la Iglesia fue un visionario y el empresario adecuado que supo dónde invertir su tiempo y su energía para obtener mejores rendimientos, y nadie pudo ganarle por la perfección con la que estableció misiones. La Oración del Cuarto de Hora, que él mismo creó, era su modo de vida, un microhábito que lo convirtió en leyenda.

Algunos afirman que la capacidad de atención de un ser humano es de unos 10-15 minutos. Todos lo hemos experimentado en una clase o escuchando un sermón. No creo que nadie sea inmune a ello, salvo en lo que respecta a la variación de la duración. Después de 15 minutos, ¿qué tenemos que hacer? Tomarnos un descanso. Esa fue la habilidad de vida plena desarrollada por el padre Arnold: ¡rezar una oración y volver al trabajo renovado!

El autor Joe Dispenza señala: “Nuestros pensamientos son un conjunto redundante de comportamientos y emociones automáticos e inconscientes adquiridos por repetición; el 9 5% de lo que somos a los 35 años es un repertorio memorizado de reacciones emocionales, comportamientos, actitudes arraigadas, creencias y percepciones que funcionan como un programa informático, dejando apenas un 5 % a nuestra mente consciente”. 

Crear una nueva serie de hábitos es una tarea abrumadora pero factible. Hay que empezar poco a poco. Aquí es donde entran en juego los microhábitos, que son pequeños hábitos más fáciles de conseguir y mantener, y que no requieren mucho tiempo ni un esfuerzo adicional para practicarlos, por lo que son fáciles de incorporar a nuestra rutina.

Sin duda, el mundo digital y la tecnología han influido en nuestras costumbres originales. Hoy en día vivimos literalmente con la punta de los dedos. Casi todo funciona con un toque. Desde los audiolibros hasta la mediación guiada y los servicios de oración audiovisuales, tenemos un exceso de cosas ante nosotros para consumir, y estamos dejándonos llevar a una vida de actividades automatizadas. La vida en compañía digital tiene ventajas e inconvenientes.

Al aumentar la cantidad de actividades puede disminuir la calidad de vida. Las enfermedades relacionadas con el estilo de vida, los cambios en las pautas de comportamiento, las tendencias variables en las relaciones y la vida social, la fluctuación emocional, las afectaciones cognitivas, la espiritualidad superficial, el miedo a salir perdiendo y la erosión de los valores son ejemplos de la intrusión invisible de una vida excesivamente dependiente de la tecnología.

Antes, la lectura era probablemente la afición más mencionada en un currículum vitae. ¡Ahora es algo anticuado! Cada uno de nosotros puede hacer balance y ver cómo nuestra capacidad de atención ininterrumpida en la lectura se ve afectada por la adicción digital. La adicción digital es una asesina silenciosa

Leyendo sobre microhábitos, me encontré con la teoría del uno por ciento de mejora. Es decir, que tu éxito o fracaso de hoy es directamente proporcional a todas las pequeñas decisiones que has tomado en tu vida. La decisión de escribir un libro en quince días sería una idea desmesurada, por no hablar de la propia actividad; sin embargo, empezar poco a poco (un párrafo o una página al día) es un objetivo alcanzable. Una actividad saludable puede vincularse a un comportamiento adictivo: por ejemplo, en lugar de consultar el móvil con frecuencia, se podría rezar una breve oración. Tras unos cuantos intentos, el cerebro aprende automáticamente a modificar el hábito anterior.

San Arnoldo Janssen (Foto: CNS/cortesía de la Sociedad del Verbo Divino)

San Arnoldo Janssen (Foto: CNS/cortesía de la Sociedad del Verbo Divino)

La espiritualidad de la Oración del Cuarto de Hora puede considerarse un microhábito para llevar una vida consciente. El ‘reloj del Cuarto de Hora’ del padre Janssen fue una herramienta que  inventó para mantener su práctica. Llevar una vida consciente tiene un valor y un respaldo universales en todas las culturas y naciones. Él vivió en una época en la que las prisas de la tecnología digital no suponían una distracción. No tener ventajas tecnológicas podría haber sido la distracción de su época, en la que había que hacerlo todo manualmente y esperar más por los resultados. Aquí el trabajo físico era duro.

El libro Touching Peace: Practicing the Art of Mindful Living [Tocando la paz: practicando el arte de la vida consciente] habla de una experiencia similar que tuvo el autor en un país budista. Una campana sonaba a intervalos regulares y la gente se detenía, se concentraba en su respiración y susurraba: “Escucha, escucha”. La vida se encuentra solo en el movimiento presente. Llevar una vida consciente es importante y la religión contribuye a vivir conscientemente.

Como ya se ha mencionado, los microhábitos pueden llevarse a la práctica en menos de 60 segundos. La Oración del Cuarto de Hora (que recoge todo el misterio de Dios Trino) puede rezarse en 30 segundos. Imaginemos al padre Arnoldo sentado en su escritorio, redactando la constitución de una congregación (algo muy tedioso y agotador) y que cada 15 minutos hace una pausa para dedicarse a su actividad favorita. La oración que surgía de su corazón le hacía el mismo efecto que a nosotros beber un capuchino fuerte. Cada cuarto de hora se refrescaba con el agua de los manantiales de la salvación. Y tomó las medidas necesarias para que otros experimentaran este ejercicio.

‘Un cuarto de hora’ puede sonar imposible con nuestras actividades diarias. Hay demasiado ruido para concentrarse. Sin embargo, podemos poner en práctica la regla del uno por ciento y, tras unos cuantos intentos conscientes, se forma un bucle o camino neuronal en el cerebro.

El 15 de enero celebramos el 114 aniversario de la muerte de san Arnoldo Janssen. Por su intercesión, pedimos la gracia de vivir día a día. Cuando nos veamos desbordados por agendas y horarios, plazos, recordatorios, tareas atrasadas, presiones profesionales y luchas personales, recordemos a un santo que vivió su vida verdaderamente inmerso en la oración y dejó un legado para las tres congregaciones que fundó.

 

Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 24 de marzo de 2023.