Redescubrir el cuerpo a través de la danza

La danza nos invita a conectar con todo lo creado, a sabernos y sentirnos hermanos. Después de danzar recogemos nuestro sentir, nuestros deseos y los escribimos. (Foto: cortesía Danzaconsciente)

La danza nos invita a conectar con todo lo creado, a sabernos y sentirnos hermanos. Después de danzar recogemos nuestro sentir, nuestros deseos y los escribimos. (Foto: cortesía Danzaconsciente)

por Daylenis Lara Rodríguez

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Uno de los retos más grandes en este último tiempo de formación ha sido integrar plenamente mi cuerpo en mi vida; descubrirlo como la maravilla que es ha sido un regalo invaluable. Cada día y en cada experiencia redescubro mi cuerpo, aprendo a escucharlo, a escucharme, a cuidarlo y valorarlo más.

Este camino ha sido y sigue siendo difícil; implica dejar atrás ideas y preconceptos, lanzarme y comenzar a soltar todos esos nudos acumulados en el cuerpo y sanar. El encuentro con Jesús me ha llevado a encontrarme profundamente conmigo misma, conquistando esa libertad que ya me ha sido regalada.

“Sería una ganancia considerable (…) si de verdad lográramos estar en contacto con nosotras mismas, descubriendo lo que nos mueve, comprendiendo cómo reaccionamos ante un gesto, una palabra o un acontecimiento”: novicia Daylenis Lara Rodríguez. (Foto: Freepik)

"Sería una ganancia considerable (…) si de verdad lográramos estar en contacto con nosotras mismas, descubriendo lo que nos mueve, comprendiendo cómo reaccionamos ante un gesto, una palabra o un acontecimiento": novicia Daylenis Lara Rodríguez. (Foto: Freepik)

"[A través de la danza] aprendí a respetar mi propio ritmo, mi tiempo, y a partir de ahí, a respetar y acoger los de los demás": novicia Daylenis Lara Rodríguez

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Esta libertad, sin duda alguna, se manifiesta en mi cuerpo, en la capacidad de despertar mis sentidos y de prestar atención tanto a mí misma como a los demás. Como todo proceso, conlleva altibajos y se desarrolla a lo largo del camino, de diferentes maneras y en distintos momentos, con maestros y maestras especiales que han llegado en el tiempo preciso para guiarme.

Uno de los espacios que me ha hecho mucho bien, últimamente, es Danzaconsciente, una propuesta colombiana que propicia experiencias, y facilita y aporta herramientas para que cada persona reencuentre su manera particular de moverse. Esto se logra a través del descubrimiento y uso de los propios recursos internos, creativos y espontáneos, rompiendo así con las formas establecidas de moverse. 

Danzaconsciente es un espacio donde entramos en contacto con todo lo que nos habita, y por medio de la danza y otras expresiones artísticas, lo dejamos salir. La danza es una pausa en medio del ajetreo cotidiano que nos invita a bajar a nuestro interior hacia lo más profundo de nosotros mismos. La música y el silencio crean un ambiente de respeto, apertura y acogida. 

"Este proceso me ha ayudado a reconocer verdaderamente que somos templo del Espíritu (Cfr. 1Cor 6, 19) y que mi vida también se revela como danza agradecida": novicia Daylenis Lara Rodríguez

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"Recuperar el movimiento se traduce en disfrutar tanto del baile como del deporte, del juego y de los momentos valiosos de encuentro y relación que estas experiencias nos regalan": novicia Daylenis Lara Rodríguez. (Foto: Pixabay)

"Recuperar el movimiento se traduce en disfrutar tanto del baile como del deporte, del juego y de los momentos valiosos de encuentro y relación que estas experiencias nos regalan": novicia Daylenis Lara Rodríguez. (Foto: Pixabay)

Al principio enfrenté miedos y resistencias, sin embargo, con el tiempo pasó a convertirse en un lugar de mucha vida para mí. Esta experiencia me ha ayudado a entrar en contacto conmigo misma y con mi cuerpo, me ha llevado a ser consciente de lo que me pasa y me ha permitido vivir más plenamente en el momento presente. Aprendí a respetar mi propio ritmo, mi tiempo, y a partir de ahí, a respetar y acoger los de los demás. 

Este proceso me ha ayudado a reconocer verdaderamente que somos templo del Espíritu (Cfr. 1Cor 6, 19) y que mi vida también se revela como danza agradecida.  Recuperar el movimiento se traduce en disfrutar tanto del baile como del deporte, del juego y de los momentos valiosos de encuentro y relación que estas experiencias nos regalan. Estoy aprendiendo a conectar conmigo misma y con el 'Dios de la vida' que mora en mí. 

En algún momento de este caminar me di cuenta de que no solo a mí me resultaba difícil esta relación con el cuerpo sino también a los que me rodean, ya fueran conocidos o desconocidos. Este fenómeno parece estar influenciado por diversos factores, como los ámbitos en los que nos movemos, ya sea el trabajo, la escuela o la Iglesia; así como por lo que hemos aprendido o no en casa, y de nuestra cultura.

Como sociedad, tenemos muchas ofertas para la atención del cuerpo: gimnasios, espás, cremas, tratamientos, vitaminas, dietas y más. La pregunta es: ¿en qué medida nos ayudan a establecer una verdadera conexión con nosotros mismos? ¿Somos plenamente conscientes de la morada que es nuestro propio cuerpo?

Sería una ganancia considerable, tanto a nivel personal como social, si de verdad lográramos estar en contacto con nosotras mismas, descubriendo lo que nos mueve, comprendiendo cómo reaccionamos ante un gesto, una palabra o un acontecimiento. Este conocimiento profundo de nosotros mismos nos facilitaría acercarnos a los demás con mayor respeto y empatía; tal vez con mayor consciencia del Espíritu que habita en nosotros y en todo lo creado. 

"La invitación a redescubrir mi cuerpo sigue siendo fuerte y (…) se convierte en un proceso de autodescubrimiento, donde me reconozco (…) hermanada por el Espíritu que se mueve en mi interior": novicia Daylenis Lara Rodríguez

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La decisión de recorrer este camino es profundamente personal. Para mí, la invitación a redescubrir mi cuerpo sigue siendo fuerte. Sumergirme en esta dinámica de ser consciente, estar en contacto conmigo misma y vivir plenamente es algo que considero fundamental. Esta apertura hacia relaciones más sanas y libres se convierte en un proceso de autodescubrimiento, donde me reconozco una y otra vez hermanada por el Espíritu que se mueve en mi interior.

Mi experiencia en el espacio de Danzaconsciente me ayudó no solo a redescubrir mi cuerpo, como la maravilla y el don que es, sino también a avivar el deseo de convertirme en oración viva, portadora de paz, alegría y esperanza.

"Danzaconsciente es un espacio donde entramos en contacto con todo lo que nos habita, y por medio de la danza y otras expresiones artísticas, lo dejamos salir": novicia Daylenis Lara Rodríguez

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Portada del libro: Araújo, L., Jiménez, D. (2020), Danzaconsciente una experiencia de amor y movimiento, Colombia: Proyecto Editorial Daphne Ruhz

Portada del libro: Araújo, L., Jiménez, D. (2020), Danzaconsciente una experiencia de amor y movimiento, Colombia: Proyecto Editorial Daphne Ruhz
 

De esta vivencia nace este poema: 

Hoy soy semillas...
Que se esparcen por todo mi cuerpo,
Por todos los rincones donde les voy permitiendo llegar.
Soy semilla,
Múltiples esperanzas de Vida,
Que un día brotará libre...
Soy semilla y soy espera,
Espera paciente y profunda,
Espera y escucha de mi propio ritmo,
De mi propio tiempo.
Hoy, en mí, es más posible
Danzar con otr@s.
Sentir con otr@s,
Sentir la Vida que fluye en mí,
Sentir que todo viene de Ti
Y que mi vida también es danza agradecida.