
La Hna. Roberta White, miembro de las Hermanas de la Caridad de la Santísima Virgen María en Dubuque, Iowa (EE. UU.), segunda por la izquierda, con otras participantes en la CSW69 de la ONU. Ella y otras asistieron como miembros de una delegación que representaba a la Comunidad de Loretto, que colabora con las Hermanas de la Caridad de la Santísima Virgen María de Dubuque desde 2011. Este año, la representante de la Comunidad de Loretto en la ONU Beth Blissman acogió a una delegación de 40 participantes, de las cuales 28 procedían de cuatro institutos de Estados Unidos. (Foto: GSR/Chris Herlinger)
Nota de la editora: Esta historia forma parte de Salir de las sombras: luz contra la violencia de género, la serie de Global Sisters Report que se enfoca en cómo las hermanas católicas responden a este fenómeno mundial o se ven afectadas por él.

Las hermanas católicas, uniéndose a miles de otras mujeres de todo el mundo en dos semanas de reuniones, contactos y celebración de la sororidad en las Naciones Unidas, conmemoraron —con júbilo y sobria evaluación— el 30 aniversario de la histórica Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de 1995.
En presentaciones públicas y entrevistas con Global Sisters Report (GSR), las hermanas que asistieron a la 69.a sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas (del 10 al 21 de marzo), que se centró en evaluar el legado de Pekín, hablaron de una doble realidad: de progreso para las mujeres y las niñas en algunas áreas y, sin embargo todavía, de desafíos frustrantes y retrocesos en los logros alcanzados durante tres décadas.
Con lo que muchos ven como el auge mundial del autoritarismo y la misoginia, la CSW dio a las participantes la oportunidad de hablar, reflexionar y revitalizarse en lo que hermanas y otras personas llamaron un momento crucial para los derechos de la mujer.
"La CSW69 demostró que, más que nunca, nos enfrentamos al retroceso de los derechos de la mujer en muchas partes del mundo", dijo la Hna. Michelle Loisel, que representa a la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en la ONU.
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"Ya sea a través del acceso restringido a la educación o al empleo, las mujeres siguen siendo las más afectadas por las recesiones económicas, especialmente en el Sur Global", dijo Loisel a GSR.
Ese tema también fue abordado por Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Ella encabezó la delegación de la Santa Sede ante la CSW69.
La igualdad, dijo Gambino en unas declaraciones pronunciadas el 13 de marzo en la ONU, "requiere no solo el reconocimiento de la dignidad de la mujer, sino también condiciones en las que puedan disfrutar de igualdad de oportunidades. En este sentido, la erradicación de la pobreza es clave, especialmente porque afecta más a las mujeres: no puede haber ni desarrollo ni paz si la dignidad de las mujeres se ve socavada por la pobreza".
Sean cuales sean los desafíos, los acontecimientos recientes han demostrado que los derechos no están garantizados, dijo la Hna. Janet Palafox. "Tenemos que luchar para protegerlos", exhortó.
"Tenemos trabajo que hacer", dijo Palafox, representante ante la ONU de la oenegé del Generalato del Instituto de la Santísima Virgen María-Loreto. "Tenemos que apoyarnos mutuamente ahora mismo", puntualizó.
Loisel se mostró de acuerdo y dijo que aunque el progreso ha sido a menudo lento "es importante no desanimarse".
Dadas las múltiples crisis mundiales —conflictos armados, cambio climático, inestabilidad económica y persistente violencia de género—, Loisel dijo que la CSW servía de espacio donde los Estados miembros de la ONU y los grupos no gubernamentales como el suyo presionaran "para lograr compromisos más sustanciales hacia los derechos de la mujer y el cambio sistémico".

Los derechos de las mujeres no están garantizados y por eso "tenemos que protegerlos": Hna. Janet Palafox, representante ante la ONU del Generalato del Instituto de la Santísima Virgen María-Loreto. (Foto: GSR/Chris Herlinger)
"Los derechos de las mujeres están bajo asedio"
La declaración política que surgió de la CSW69 señaló que 30 años después de la conferencia de Pekín "ningún país ha logrado plenamente la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas" e indicó que el progreso general en la aplicación de las áreas de preocupación "ha sido lento y desigual, [por lo[ que persisten importantes lagunas y obstáculos... [tales como] barreras estructurales, leyes y prácticas discriminatorias, estereotipos de género y normas sociales negativas".
También son preocupantes, según el documento, "todas las formas de violencia y discriminación contra las mujeres y las niñas, incluida la violencia doméstica, los conflictos armados y la feminización de la pobreza" y la persistencia de "niveles significativos de desigualdad a nivel mundial, incluida la representación insuficiente en la toma de decisiones a todos los niveles"; el texto indica además que "muchas mujeres y niñas experimentan formas múltiples e interrelacionadas de discriminación, vulnerabilidad y marginación a lo largo de sus vidas".
En su discurso de apertura el primer día de CSW69, el secretario general de la ONU Antonio Guterres aportó una nota sombría al afirmar que "los derechos de las mujeres están bajo asedio".
"El veneno del patriarcado ha vuelto, y ha vuelto con fuerza, frenando la acción, destrozando el progreso y convirtiéndose en formas nuevas y peligrosas", dijo sobre lo que está sucediendo.
Sin embargo, para esto el "antídoto es la acción", dijo y añadió: "Ahora es el momento de que aquellos de nosotros que nos preocupamos por la igualdad de las mujeres y las niñas nos levantemos y alcemos la voz".
"No puede haber desarrollo ni paz si la pobreza socava la dignidad de las mujeres": Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida

Un servicio de oración de apertura el 10 de marzo en la capilla del Centro Eclesial de las Naciones Unidas (Church Center for the United Nations) durante el primer día de la 69.a Comisión sobre el Estatus de la Mujer en la ONU (Foto: GSR/Chris Herlinger)
Eso estaba implícito en las presentaciones que hicieron las hermanas católicas y otras personas durante numerosos eventos paralelos celebrados fuera de la sede de la ONU.
Durante un evento celebrado el 20 de marzo en el Centro Eclesial de las Naciones Unidas para promover los derechos de las mujeres que experimentan migración forzada, Mónica Santamarina, presidenta general de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas, dijo que "el mundo está siendo testigo de niveles sin precedentes de movilidad humana, con millones de mujeres emprendiendo viajes como migrantes o refugiadas".
Entre 2000 y 2015, el número de migrantes internacionales aumentó en un 41 %, hasta alcanzar los 244 millones de personas, "casi la mitad de ellas mujeres", dijo. Entre los desafíos a los que se enfrentan, se encuentran la violencia de género, incluida la violencia sexual, el maltrato doméstico y la trata de personas, y los problemas relacionados con la salud y la falta de acceso a la atención sanitaria.
Estos migrantes también son vulnerables económicamente, en particular aquellos que son cabezas de familia o cuidadores que luchan por mantenerse durante la migración forzada.
Al mismo tiempo, dijo Santamarina, las mujeres migrantes "son agentes de cambio que contribuyen significativamente al desarrollo social, económico y cultural tanto de sus comunidades de acogida como de origen".

La Hna. Ngozi Frances Uti, miembro de la Congregación de las Siervas del Santo Niño Jesús y directora del Centro de Estudios e Intervención de la Mujer en Abuja, Nigeria, hizo una una presentación, el 20 de marzo, sobre las mujeres y la migración. (Foto: GSR/Chris Herlinger)
La Hna. Ngozi Frances Uti, miembro de la Congregación de las Siervas del Santo Niño Jesús, dirige el Centro de Estudios e Intervención de la Mujer en Abuja, Nigeria. En su presentación del 20 de marzo señaló que en su país millones de personas están migrando como resultado de conflictos armados, bandidaje, insurgencia y cambio climático.
Las mujeres y las niñas suelen ser las más afectadas. Como resultado, dijo Uti, las mujeres "enfrentan desafíos al estar expuestas a actos violentos como violación, asesinatos, secuestro y matrimonio forzado".
Sin embargo, al igual que Santamarina, Uti señaló que la situación general no es del todo sombría. "La experiencia migratoria de las mujeres nigerianas es dinámica", indicó y subrayó en esta realidad "la interacción de la historia, la cultura y los factores socioeconómicos".
Las experiencias migratorias de las mujeres, manifestó, "reflejan un cambio de las percepciones tradicionales de las mujeres como pasivas a [estar] activamente involucradas y contribuyendo a las economías de Nigeria a través de las remesas".
Aun así, aunque la migración ofrece oportunidades para el empoderamiento económico y la movilidad social, Uti dijo que eso no debería minimizar el hecho de que las mujeres que migran están expuestas "a vulnerabilidades como la explotación, la trata y la discriminación".

Participantes antes de la apertura, el 10 de marzo, del 69 período de sesiones de la CSW en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos. (Foto: Naciones Unidas/Manuel Elías)
Cambiar las leyes y la cultura
Este tipo de vulnerabilidades y ejemplos de violencia se abordaron con frecuencia durante la CSW69, un hecho que destacaron tres hermanas con una larga experiencia en la defensa de los derechos en las Naciones Unidas.
La Hna. Durstyne Dusty Farnan, quien representa a la Conferencia de Liderazgo Dominico en las Naciones Unidas; la Hna. Jean Quinn, quien dirige Unanima International, el grupo de defensa de los derechos de la mujer con sede en la ONU; y la Hna. Barbara Bozak, representante en la ONU de la Congregación de Hermanas de San José, hablaron de la violencia que ensombrece y persigue la vida de muchas mujeres.
En una entrevista conjunta el último día de la comisión, las tres hermanas dijeron que las leyes que protegen a las mujeres son, por supuesto, bienvenidas y necesarias. Pero cuando las leyes no se hacen cumplir, como a menudo no se hace, "las mujeres no tienen a dónde acudir", dijo Bozak.
"Las leyes son tan buenas como su aplicación", dijo Farnan y añadió: "Necesitamos cambiar las leyes, pero también necesitamos cambiar la cultura". Y eso no será fácil, dijo, señalando la sombra persistente y obstinada del dominio masculino y el patriarcado en la mayoría de las culturas. "Los hombres tienen miedo de perder su poder. Y por eso se están resistiendo", apuntó.
Las hermanas dijeron que aunque el tema de la violencia contra la mujer es ahora más visible de lo que era hace 30 años, todavía queda mucho oculto.
La violencia persiste.

Mostrando el tema de la 69.a CSW —30 años después de la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín de 1995— estaban, de izquierda a derecha, la Hna. Jean Quinn, de las Hijas de la Sabiduría, quien dirige Unamina International, el grupo de defensa ante las Naciones Unidas; la Hna. Durstyne Dusty Farnan, quien representa a la Conferencia de Liderazgo Dominico en la ONU; y la Hna. Barbara Bozak, representante ante la ONU de la Congregación de Hermanas de San José. (Foto: GSR/Chris Herlinger)
"La CSW69 demostró, más que nunca, que nos enfrentamos al retroceso de los derechos de la mujer en muchas partes del mundo": Hna. Michelle Loisel, representante de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en la ONU
"La violencia contra las mujeres no está cambiando", dijo Quinn, y añadió que en foros públicos como la CSW, es necesario hacer más para que las mujeres puedan hablar aún más libremente sobre sus experiencias vitales.
"Las mujeres tienen ahora más voz", dijo sobre su evaluación de los últimos 30 años. "Pero esa voz [pública] debe aumentar aún más", puntualizó.

"Tal vez ahora se necesite más acción que palabras": Hna. Kayula Lesa, directora de Talitha Kum Zambia y miembro de las Hermanas Religiosas de la Caridad, sobre asuntos discutidos nuevamente en la CSW69. (Foto: GSR/Chris Herlinger)
La Hna. Kayula Lesa, directora de Talitha Kum Zambia y miembro de las Hermanas Religiosas de la Caridad, dijo a GSR que al reflexionar sobre la CSW se dio cuenta de que "gran parte de lo que se estaba debatiendo son cuestiones que se han discutido una y otra vez, lo cual es muy importante, pero tal vez ahora se necesite más acción que palabras en todos los niveles".
El llamamiento ahora, dijo, es a conseguir que haya "más acción que palabras".
Otra participante de la comisión, la Hna. Roberta White, miembro de las Hermanas de la Caridad de la Santísima Virgen María en Dubuque, Iowa (Estados Unidos), dijo que los llamamientos a la acción fueron una de las principales conclusiones de una sesión de la comisión a la que asistió y que se centró en los efectos generacionales de la guerra y los conflictos.
El mundo "se enfrenta al mayor número de conflictos violentos desde la Segunda Guerra Mundial y 2000 millones de personas —una cuarta parte de la humanidad— viven en lugares afectados por tales conflictos", dijo la ONU en 2023.
Cuando escuchó esa estadística en la CSW, White dijo que sintió como si su corazón se rompiera.
"Estos traumas tendrán consecuencias inimaginables para las generaciones futuras", dijo y agregó: "Debemos encontrar y financiar movimientos pacifistas ahora. Especialmente para nuestros jóvenes".
En cuanto a los avances de los últimos 30 años, White dijo: "Lo hemos visto todo: algunos avances positivos, algunos retrocesos desalentadores y algunos lugares sin ningún tipo de movimiento".
Parafraseando a Guterres y retomando un lema muy escuchado de la comisión, White hizo un exhorto: "No se rindan. Resistan el retroceso".
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 3 de abril de 2025.