
Hna. Leticia Gutiérrez Valderrama, a la derecha, junto con otros miembros de la pastoral migratoria, reza con un hombre en una sala de un tribunal de inmigración en El Paso, Estados Unidos, el 25 de junio de 2025. Gutiérrez, misionera scalabriniana, ha liderado los esfuerzos de la diócesis en los tribunales de inmigración de El Paso, con la intención de consolar y ayudar a mujeres, niños y hombres enfrentando detención o deportación. (Foto: GSR/cortesía del Hope Border Institute)
Desde mayo, cuando agentes federales comenzaron a rodear los tribunales de inmigración de Estados Unidos (EE. UU.) con el fin de detener o deportar a migrantes, la Hna. Leticia Gutiérrez Valderrama ha estado allí también con ellos, acompañando a mujeres, niños y hombres que enfrentan incertidumbre y miedo.
En los pasillos de los tribunales de El Paso, Texas, la religiosa scalabriniana ha ayudado a un incontable número de personas y familias a prepararse para los eventos más temidos estos días por migrantes en EE. UU.: ser detenidos o deportados.
El tribunal es un lugar donde la misionera —quien ha acompañado a migrantes en México, España y ahora EE. UU.— no esperaba estar. Unos meses antes había comenzado a coordinar un nuevo ministerio en la diócesis fronteriza, donde monseñor Mark Seitz, el obispo de El Paso, había visto la necesidad de dar "una respuesta de la Iglesia" con "un equipo diocesano que representase el ministerio con migrantes", dijo Gutiérrez a Global Sisters Report (GSR).
Esa respuesta incluía visitas a parroquias y a los hogares de los migrantes de El Paso que enfrentan limitaciones por la política migratoria del entonces presidente estadounidense Joe Biden, quien comenzó a finales de su mandato a restringir cada vez más la entrada de personas a EE. UU. Pero cuando el país comenzó, en mayo, a darse cuenta de las detenciones en los tribunales de inmigración, bajo el gobierno de Donald Trump, Gutiérrez vio la necesidad de reorganizar el ministerio y buscar otra manera de ayudar, según afirmó.
En vez de dirigir un ministerio de acogida, la religiosa terminó dedicándose a ayudar a las personas en proceso de deportación a salir del país con dignidad.
"Tenemos que ver cómo acompañar a la familia y cómo involucramos a la parroquia (...), porque la separación familiar se sigue dando": Hna. Leticia Gutiérrez V. sobre las detenciones de migrantes a las puertas de los tribunales en EE. UU.
"Lo primero que se me viene a la mente cuando pienso en la hermana Leticia y su ministerio es la increíble capacidad de adaptación que ha demostrado", dijo Seitz a GSR. "Nuestra situación ha cambiado drásticamente durante el último año… Llegó un momento en que nos dimos cuenta de que estaban ocurriendo acontecimientos bastante dramáticos en los tribunales de inmigración de El Paso", apuntó.
No se sabe cuántas personas han sido detenidas a nivel nacional tras comparecer en los tribunales, pero el Proyecto de Defensa del Solicitante de Asilo (ASAP, por sus siglas en inglés), que monitorea actividades del Gobierno relacionadas con migrantes, indica en su sitio web que testigos presenciales reportan una disminución de las detenciones en algunos tribunales del país desde agosto, aunque estas continúan en otros.

Hna. Leticia Gutiérrez Valderrama, a la izquierda, se une al obispo auxiliar de El Paso Anthony Celino mientras rezan con una mujer en una sala del tribunal de inmigración de El Paso, Estados Unidos, el 25 de junio de 2025. (Foto GSR/cortesía del Hope Border Institute)
A finales de junio, el obispo Michael Pham de San Diego, quien llegó a EE. UU. como niño refugiado desde Vietnam en 1981, decidió salir el Día Mundial de los Refugiados (20 de junio) con sacerdotes de su diócesis para acompañar a personas en un tribunal de inmigración en California. La visita salió en los titulares de prensa porque agentes de inmigración se dispersaron después de verlo en los pasillos.
En El Paso, el obispo también acompañó a migrantes y a la hermana Gutiérrez en los tribunales.
"Fue muy inquietante y conmovedor", afirmó Seitz al describir cómo las personas salían del tribunal después de una experiencia positiva con el juez, para ser detenidas inmediatamente por agentes de inmigración al abandonar el lugar. Pero, añadió, la hermana Gutiérrez manejó la situación con gran compasión.
"Ella tiene que comunicar muy malas noticias la mayoría del tiempo, pero es muy tranquila y tierna en su manera de ser y muy cariñosa, y eso le ayuda a la gente", dijo Seitz y agregó: "Les tiene que explicar: 'Te van a quitar el teléfono y todas tus pertenencias. Tienes que memorizar el número de teléfono [de un familiar o amigo]. o anotarlo en tu brazo o pierna para que puedas, cuando tengas la oportunidad de hacer tu única llamada telefónica, contactar a ese número e informar a tu gente lo que te está pasando".
El obispo Mark Seitz, de El Paso, Texas, Estados Unidos, a la derecha; el arzobispo Gustavo García-Siller, de San Antonio; y el obispo Peter Baldacchino, de Las Cruces, Nuevo México, encabezan una marcha en El Paso el 24 de marzo contra las deportaciones masivas por parte del Gobierno estadounidense. (Foto: OSV News/Bob Roller)
Para llevar a cabo esta labor de acompañamiento y guía, el ministerio se apoya en voluntarios. Gutiérrez explicó que estos están organizados en dos grupos: "los observadores y los acompañantes".
"Los observadores son las personas que entran a la sala del tribunal, toman nota de las decisiones del juez, [de las actuaciones] del fiscal, y del fallo que se dicta, y luego comparten esta información con alguna organización para que pueda tener algún impacto político", dijo la religiosa.
Por su parte, los acompañantes están con los migrantes, escuchándolos, a veces rezando, ayudándoles a prepararse para la posibilidad de una deportación o detención. A pesar de que algunos dicen que no es verdad que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU., conocido como ICE por sus siglas en inglés, han estado deteniendo a personas al salir de los tribunales, "lo que se dice en los medios de comunicación es real", manifestó Gutiérrez.
"Todo el mundo es susceptible a que pueda ser detenido, porque de verdad no hay un parámetro para decir [quiénes] van a ser detenidos", expresó la religiosa. "Es muy agresivo y grotesco para la gente" ser llevados de cierta manera por personas enmascaradas, agregó Gutiérrez.
A pesar de la carga emocional, hay mucho que hacer antes de que los migrantes entren a la sala del tribunal. La religiosa y su equipo les aconsejan que envíen fotos de sus documentos a sus familiares por teléfono y que dejen las llaves de su automóvil con voluntarios en caso de qie Inmigración los detenga; también enseñan a los familiares de los detenidos a usar el localizador en línea de ICE para que encontrar el paradero de sus seres queridos que hayan sido arrestados.
Seitz, quien hasta noviembre ejerce como presidente del Comité sobre Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, señaló que varias diócesis en todo el país están ayudando a los migrantes afectados de maneras similares.
Por su parte, Gutiérrez afirmó que aunque no pueden detener las deportaciones o detenciones, sí pueden ofrecer apoyo.
"Sobre todo, las mamás o las esposas se quedan preocupadas[por no saber] si sus hijos están bien, [o si] van a ser trasladados a El Salvador o a Guantánamo [base estadounidense en Cuba], a esos países de peligro", dijo la religiosa y agregó:. "Y hay un seguimiento posterior cuando la persona es detenida y deja atrás a sus hijos, y se produce esa separación de la familia".
Las familias muchas veces se quedan llorando, inquietas, tienen preguntas o lamentan no haberse despedido, dijo Gutiérrez. "Tenemos que ver cómo acompañar a la familia en la medida de lo posible, [determinar] cómo involucramos a la parroquia en caso de que haya alguna necesidad básica que cubrir, [saber] si la parroquia puede apoyar al menos en lo mínimo básico, porque la separación de familias se sigue dando y [aunque] se habla poco, es una realidad", indicó.

"La pastoral de las migraciones en México se adelantó a lo que hoy el papa Francisco propone, porque prácticamente ha sido una pastoral de una Iglesia en salida con los migrantes": Hna. Leticia Gutiérrez Valderrama. (Foto: cortesía Hna. Leticia Gutiérrez Valderrama)
Frente a este dolor humano, el obispo Seitz identifica dos preocupaciones estructurales que lo alimentan: la separación sistemática de familias y las acciones de ICE.
"Me sorprende que los agentes del ICE parecen no sentirse obligados a respetar las decisiones de los tribunales de inmigración, que en el pasado tenían autoridad en estos casos. Pero ahora parece que ICE considera que tiene mayor autoridad y que va a actuar como considere oportuno", afirmó.
Es en este contexto de incertidumbre y frente al difícil sufrimiento de las personas que Gutiérrez se aferra a su fe para seguir acompañando a los migrantes.
"No se trata solo de mi trabajo pastoral, sino mi apostolado, mi misión, y, sobre todo, del reconocimiento de que a quien acompaño, a quien defiendo, con quien estoy, es con el propio Señor Jesús, que está presente en cada uno y en cada una de mis hermanas y de mis hermanos, porque allí está el Señor Jesús", dijo. "Eso para mí es una fuerza muy grande y poderosa".
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