
Participantes del programa Women Touched by Grace (de izquierda a derecha, la Rev. Julie Webb, la Hna. Betty Drewes, la Hna. Mary Luke Jones y la Rev. Tamara Franks) caminan por los terrenos de la Sociedad Histórica de Indiana en Indianápolis el 28 de abril. (Foto: GSR/Dan Stockman)
Sin las religiosas católicas, la Rev. Meghan Davis-Brass podría haber puesto fin a sus 14 años de carrera como pastora presbiteriana.
Las hermanas benedictinas han ayudado a Davis-Brass y a otras 88 mujeres a mantener y fortalecer sus ministerios como miembros del clero protestante a través de un programa llamado Women Touched by Grace [Mujeres tocadas por la gracia], en el que las monjas benedictinas enseñan al clero protestante femenino a ser mejores pastoras a través de una serie de retiros.
"Creo firmemente que esto ha sido una medida preventiva contra el agotamiento", afirmó Davis-Brass, que vive en Newton, Iowa, Estados Unidos. "Si no fuera por este programa, es muy posible que no siguiera en el ministerio", apuntó.
El programa Women Touched by Grace comenzó hace 20 años y reúne a cada grupo en cinco retiros de una semana en monasterios benedictinos durante el transcurso de dos años, donde exploran la vida espiritual, el liderazgo femenino, la tutoría espiritual y formas de crear comunidad.
Davis-Brass llevaba mucho tiempo queriendo participar en Women Touched by Grace. Su madre, ya jubilada, era pastora y formó parte del primer grupo de participantes cuando se inició el programa en 2003. La supervisora de sus prácticas, cuando Davis-Brass estaba en el seminario, formó parte del segundo grupo.
"Siempre he querido hacerlo si alguna vez tenía la oportunidad", comentó y agregó: "Me imaginé que, como tienen siglos de historia a sus espaldas, habría muchas cosas que podría aprender".
"Nos sumergen en la comunidad y nos juntan con personas que han vivido una vida sostenida en comunidad. Pero requiere gracia y esfuerzo. Hay que seguir estando presente": Rev. Sarah Hollar
Davis-Brass y otras 19 personas participaron en la cuarta edición de Women Touched by Grace, que comenzó en 2018 y terminó el 29 de abril en Beech Grove, un suburbio de Indianápolis. La pandemia de COVID-19 había interrumpido el programa habitual, por lo que se añadió un retiro extra al calendario.
"Sentí que se les había dejado de lado", declaró la Hna. Mary Luke Jones, una benedictina de Beech Grove que dirige el programa financiado por la Fundación Lilly. "Las quiero a todas y cada una de ellas. Hemos tenido pastoras desde menonitas a episcopales y todo lo que hay entre medias", indicó.
Cada una de las cuatro participantes que conversaron con Global Sisters Report habló sobre el impacto de la vida comunitaria de las hermanas.
"Vivir en comunidad y la importancia de la comunidad ha sido algo realmente poderoso. Obviamente, en la experiencia protestante principal no tenemos nada comparable, pero ciertamente puedo ver el atractivo de la vida monástica", señaló Davis-Brass.
La Rev. Sarah Hollar, pastora episcopal de las afueras de Charlotte (Carolina del Norte), aseguró que la vida comunitaria le resultó inspiradora y también aprendió que no siempre resulta fácil.
"Nos sumergen en la comunidad y nos juntan con personas que han vivido una vida sostenida en comunidad", dijo Hollar. "Pero requiere gracia y esfuerzo. Hay que seguir estando presente", añadió.
El mundo necesita mucha más comunidad, afirmó, aunque no signifique realmente vivir juntos.
"Los niños pequeños van a campamentos y aprenden este tipo de cosas. Luego nos convertimos en adultos y en cierto modo perdemos esa lección. En el mundo falta la idea de dejar espacio para el otro", explicó Hollar. .
La Rev. Nancy Cox, pastora episcopal de Concord (Carolina del Norte), declaró que las hermanas son un modelo de cómo los miembros de una comunidad no tienen por qué estar de acuerdo en todo o ser iguales, sino que basta con que se esfuercen.

Las participantes de Women Touched by Grace (de izquierda a derecha, la Rev. Julie Webb, la Rev. Diana Thompson, la Rev. Sarah Hollar y la Rev. Tamara Franks) salen de excursión el 28 de abril a la Sociedad Histórica de Indiana en Indianápolis. (Foto: GSR/Dan Stockman)
"Algunas hermanas son muy conservadoras y otras mucho más liberales, pero todas se sientan juntas a la mesa", comentó Cox. "Se han comprometido a permanecer juntas de por vida. Tenemos una sociedad increíblemente dividida y todo el mundo se pregunta cómo podemos hacer frente a esto. La primera respuesta es que tenemos que permanecer en la mesa", relató.
Las enseñanzas de la Iglesia Unida de Cristo se centran en la idea de pacto, explicó la Rev. Tamara Franks, de Boone, Carolina del Norte. 'Comunidad', para ella, significa 'pacto'.
"Así que todo lo que tenga que ver con la comunidad, levantaré la mano y diré: 'Por favor, enséñenme'", declaró Franks y puntualizó: "Si vives en comunidad, vives en un pacto".
Las participantes también se declararon profundamente impresionadas por algo muy, muy católico: la Regla de San Benito. Escrita hacia el año 530, casi 1000 años antes de la Reforma, sienta las bases de la vida monástica y las prácticas cotidianas.
"No conocía a Benito más allá de su figura en la historia", aseguró Cox, quien señaló que la primera palabra de la regla es "escuchar".
"Mucho de lo que se nos enseña es a predicar y hablar, no a escuchar. Hay mucho que podemos aprender de su sabiduría a lo largo de los siglos", añadió.
Cox señaló que se sintió inspirada por la forma en que las hermanas benedictinas pueden vivir una regla de 1500 años de antigüedad de una manera que no es solo aplicable hoy en día, sino profética.
"He aprendido a apreciar la Regla vivida en el siglo XXI", afirmó.
Las participantes y las hermanas comprenden la ironía de que las religiosas de una Iglesia que no ordena mujeres enseñen a las mujeres ordenadas a ser mejores en su vocación.
"Antes de empezar este programa, no sabía absolutamente nada sobre el clero femenino. No formaba parte de mi experiencia", comentó la Hna. Jones. "Pero también me doy cuenta de que, a pesar de que se niega la ordenación a las mujeres católicas, tenemos una Iglesia muy fuerte y muchas congregaciones [de religiosas] dirigidas por mujeres muy fuertes y santas", expresó.
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Las participantes afirmaron sentirse inspiradas por el liderazgo profético de las hermanas, independientemente de su estado de ordenación.
El programa "no hizo sino aumentar y profundizar mi aprecio por estas mujeres increíbles", declaró Franks.
Cox recordó que durante una visita a un convento llevaba puesto su atuendo clerical y las hermanas le dijeron que no comprendía la importancia de su vocación.
"Les respondí: 'Ustedes no entienden la importancia de lo que han estado haciendo los últimos dos milenios'", relató Cox.
Hollar explicó que puede ser difícil expresar con palabras qué es exactamente lo que las participantes se llevan del programa Women Touched by Grace, pero no hay duda de que las ha cambiado para mejor.
"Todas volvemos y miramos a nuestros compañeros con ojos más amables", señaló Hollar, quien añadió que se sentía especialmente inspirada por el ministerio de presencia de las hermanas.
"Es el ritmo de sus vidas, su voluntad de mantener las cosas", indicó Hollar. "Esa idea de que simplemente con mi respiración inhalando y exhalando contigo, puedo sentir al Espíritu Santo moviéndose entre nosotros. Ellas dan muy buen ejemplo de ello. Me pregunto si son conscientes del regalo que es esa esencia", agregó.
La Hna. Jones afirmó que estaba orgullosa de la historia de las religiosas, pero que no es algo en lo que haya que detenerse cuando hoy hay tantas necesidades. "No pensamos demasiado en ello. Simplemente lo hacemos. Es un placer tener a estas mujeres entre nosotros y aprender tanto de ellas", comentó.
La quinta iteración [edición] de Women Touched by Grace comenzará en octubre y contará con retiros en el Benedict Inn Retreat & Conference Center de Beech Grove y en el Benedictine Sisters Retreat Center de Cullman, Alabama.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 11 de mayo de 2023.