
Cientos de hermanas católicas caminan —cantando y rezando a favor de la justicia social— por el centro de Atlanta, Estados Unidos, la mañana del jueves 14 de agosto, durante la asamblea de la LCWR. (Foto: GSR/Helga Leija)
Antes de que el sol asomara sus rayos y después de una fuerte lluvia sobre la ciudad de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, las hermanas que participamos en la Conferencia de Líderes de Mujeres Religiosas (LCWR), del 12-15 de agosto, acudimos cita a las 6:30 a. m. en la entrada del Hotel Hyatt Regency para unirnos a la peregrinación por el Año Jubilar 2025, convocado por el papa Francisco.
La alegría al reunirnos fue inmensa; estábamos listas para caminar como peregrinas de esperanza. El silencio fue impactante, imponente, y solo se rompía para hacer una oración o un canto. Un grupo de hermanas guiaba al grupo con una pancarta que decía: "Creando comunión en la intersección del racismo, la migración forzada y la crisis climática".
Durante nuestra caminata hicimos tres paradas: la primera fue para orar ante el crucifijo contra el racismo; la segunda, por el mundo contra la crisis climática; y la tercera contra la migración forzada, con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Cada estación mostró que nuestro caminar fue parte de una esperanza inquebrantable: caminar juntas en las promesas de Dios.
"Caminar juntas, rezar juntas y acompañar a quienes sufren es la forma en que hacemos visible la promesa de Dios en el mundo": Hna. María E. Méndez O. tras participar en la peregrinación del Jubileo 2025 en Atlanta, EE. UU.

"Creando comunión en la intersección del racismo, la migración forzada y la crisis climática", así se lee —al traducir del inglés— el mensaje en la pancarta que sostenían las hermanas católicas antes de iniciar la peregrinación por el centro de Atlanta, Estados Unidos, el 14 de agosto, durante la asamblea de la LCWR. (Foto: GSR/Helga Leija)
Nos acompañaban también la frase "Peregrinación de esperanza" escrita en una tela azul con listones de colores que reflejaban nuestra diversidad de carismas, riqueza cultural, experiencias en liderazgo. Todas las asistentes éramos líderes de muchos países, continentes, y teníamos muchos motivos para ser mujeres de esperanza.
La caminata fue lenta. En las calles mojadas se escuchaban los pasos de alrededor de 500 personas y las sirenas de la policía que escoltaba la peregrinación. Entre las participantes tuve el gusto de caminar cerca de la primera mujer nombrada por el papa Francisco como prefecta del Dicasterio de la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica en Roma: la hermana Simona Brambilla, MC. No cruzamos palabras, pero sí compartimos cercanía, oración y su testimonio de tranquilidad. Su capacidad de estar sin prisa fue significativa. Mientras caminaba, rezaba el rosario en comunidad; fuimos signo de esperanza al otro lado del mundo.
La otra mujer que resaltó en la peregrinación fue Nuestra Señora de Guadalupe, presencia de amor que une pueblos, razas, culturas, lenguas y cosmovisiones; construye puentes, no muros; une, no separa; acoge, no rechaza; camina con nosotros, no contra nosotros. Ella nos recuerda: "¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu madre?".
El Jubileo 2025 está caracterizado por la esperanza que nunca se extingue. Según el papa Francisco [†], [citado por Vatican News], esta esperanza no solo está dirigida a la vida personal de cada creyente, sino que se extiende a la sociedad en su conjunto, a las relaciones interpersonales y a la promoción de la dignidad de cada persona.
Ante una sociedad cada vez más violenta podríamos preguntarnos: ¿Cómo soy signo de esperanza para los que tienen miedo, para quienes se ven obligados a abandonar sus sueños, su vida y su dignidad? Cada uno de nosotros es portador de esperanza en los contextos donde nos encontramos.
Como integrante de las Misioneras Guadalupana del Espíritu Santo estoy llamada a vivir esa esperanza en acciones concretas, palabras de aliento y presencia cercana. Caminar juntas, rezar juntas y acompañar a quienes sufren es la forma en que hacemos visible la promesa de Dios en el mundo.
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