![Estrecha es la puerta [1 de 40 de la serie Enseñanzas de Jesús], grabado de Jan Luyken, 1700. (Foto: Wikimedia Commons/obra de dominio público) Estrecha es la puerta [1 de 40 de la serie Enseñanzas de Jesús], grabado de Jan Luyken, 1700. (Foto: Wikimedia Commons/obra de dominio público)](/files/2025-08/Teachings_of_Jesus_1_of_40._strait_is_the_gate._Jan_Luyken_etching._Bowyer_Bible.gif)
Estrecha es la puerta [1 de 40 de la serie Enseñanzas de Jesús], grabado de Jan Luyken, 1700. (Foto: Wikimedia Commons/obra de dominio público)
Nota de la editora: Global Sisters Report en español presenta Al partir el pan, una serie de reflexiones dominicales que nos adentran al camino de Emaús.

«Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?". Él les dijo: "Esfuércense en entrar por la puerta estrecha, pues les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, se quedarán fuera y llamaran a la puerta diciendo: 'Señor, ábrenos'; pero él les dirá: 'No sé quiénes son’' Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas'. Pero él les dirá: 'No sé de dónde son. Aléjense de mí todos los hacedores de iniquidad'. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes los verán arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Miren: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos"» (Lucas 13, 22-30).
Lucas estructura su Evangelio presentando a Jesús de camino a Jerusalén. En esta ocasión, alguien del camino le pregunta si serán pocos los que se salven. Jesús no responde directamente la pregunta, como lo ha hecho otras veces, sino que aprovecha el tema para dar una enseñanza más amplia a todos los que están allí.
"La puerta estrecha no se refiere a sacrificios o renuncias; significa abrirse al amor del Dios revelado por Jesús, a su parcialidad por los pobres, a su invitar a la mesa a los despreciados del mundo": teóloga Consuelo Vélez
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Para salvarse hay que entrar por la puerta estrecha. Para ilustrarlo mejor, coloca el ejemplo del amo que se levanta y cierra la puerta, por lo que muchos van a quedarse afuera. Ellos insisten en entrar, pero el amo dice que no los conoce. Nuevamente le dicen que han comido y bebido con él y lo han escuchado en las plazas, pero el amo vuelve a decirles que no los conoce y los llama “hacedores de iniquidad”, motivo por el cual merecen castigo: llanto y rechinar de dientes y aunque vean a los profetas que ya están en el Reino, serán arrojados fuera. Termina sus palabras diciendo que los últimos serán primeros.
Este lenguaje despierta miedo, pero hemos de entender que este género literario apocalíptico sirve para llamar a la conversión. No se refiere a un Dios que nos coacciona con el castigo. Por el contrario, ante las situaciones límite, los que parecen que no tienen salvación serán los primeros y los que se creen salvados posiblemente queden fuera.
Con todo esto, Jesús pretende mostrarles —a aquellos que se creen cumplidores de la ley y, por tanto, salvados— que la lógica de Dios es otra: los despreciados del mundo van a ser acogidos por el Señor y solo podrán entrar a la casa los que sepan reconocer en ellos la forma de actuar de Dios.
La puerta estrecha no se refiere a sacrificios o renuncias; significa abrirse al amor del Dios revelado por Jesús, a su parcialidad por los pobres, a su invitar a la mesa a los despreciados del mundo. Quien entiende esto podrá sentarse a la mesa y compartir el banquete escatológico. Esforcémonos, por tanto, por entrar en la lógica de Dios, de manera que estemos en la casa cuando el amo se despierte e invite a los suyos a la mesa.