
Hna. Jane Wakahiu, vicepresidenta asociada de operaciones de programas y responsable de la Iniciativa de Hermanas Católicas de la Fundación Conrad N. Hilton, Gail DeGeorge, y Hna. Joyce Meyer, cofundadora de Global Sisters Report, en la Asamblea de LCWR en 2023. (Foto: cortesía de Gail DeGeorge)
Después de más de nueve años como editora de Global Sisters Report (GSR) —sus últimos nueve meses como editora emérita junto a la actual editora de GSR Soli Salgado— Gail DeGeorge se retira del periodismo para pasar tiempo con su familia en Florida, escribir libros y, dice, seguir trabajando con las hermanas de alguna manera.
"Dejo Global Sisters Report, pero no dejo a las hermanas", dijo.
Sus logros como editora son de gran alcance: establecer GSR como la fuente internacional de referencia para y sobre las hermanas; dirigir un pequeño equipo de periodistas que ha ganado numerosos premios de reportaje y edición; lanzar GSR in the Classroom y, en 2023, GSR en español.
"Sí, tuve una gran curva de aprendizaje", dijo DeGeorge sobre la cobertura de las hermanas durante su tiempo en GSR, a pesar de ser católica de cuna, haber dado catequesis y estar muy involucrada en su parroquia. "Pero no tenía ni idea de que el mundo de las hermanas fuera tan complejo ni que las dinámicas fueran tan complicadas", apuntó.

Gail DeGeorge aparece en la conferencia de la Asociación Nacional de Educación Católica en abril de 2017, donde expuso los planes para GSR in the Classroom, un recurso gratuito a disposición de los profesores que presenta las misiones y ministerios de las hermanas en diferentes lecciones. (Foto: cortesía Gail DeGeorge)
DeGeorge atribuye el éxito de GSR a otras personas, como la Fundación Conrad N. Hilton (principal financiadora de GSR); la Hna. Jane Wakahiu, miembro del instituto de las Hermanitas de San Francisco, Kenia, y ahora vicepresidenta asociada de organización de programas y responsable de las hermanas católicas de la fundación; el editor y redactor emérito de National Catholic Reporter Tom Fox; y la Hna. Joyce Meyer, el enlace internacional, una de las figuras fundadoras de GSR y hermana de la Presentación de la Santísima Virgen María.
A DeGeorge le gusta el proverbio africano que dice: "Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado".
"Me di cuenta de que queríamos llegar lejos. Y por eso, aunque hablo rápido, pienso rápido y me muevo rápido, tenía muchos objetivos; teníamos plazos que cumplir", dijo DeGeorge, con una trayectoria periodística centrada en la cobertura de temas económicos y empresariales, incluyendo trabajos para Business Week y Bloomberg. "También me di cuenta de que teníamos que reunir a la gente para hacer esto juntos".
Reflexionando sobre su tiempo como editora, DeGeorge comparte lo que los principales medios de comunicación no conocen sobre las hermanas católicas, las tendencias que ha observado en la vida religiosa y cómo su cercanía a las hermanas ha influido en su espiritualidad.
GSR: Como católica practicante, ¿qué es lo que más le ha sorprendido de sus encuentros con las hermanas?
DeGeorge: Las hermanas tienen un sentido innato —porque están cerca de la realidad, están cerca de la gente a la que sirven— de que, a su manera, desafiarán discretamente a la autoridad cuando haya que desafiarla. Ya sea salvando a las mujeres víctimas de la trata en Nigeria o enfrentándose a los funcionarios locales y a los agentes de poder que han permitido que esto ocurra. Es un gran mérito para ellas. Y, por supuesto, la valentía de las hermanas que sirven en zonas de conflicto.
Desde fuera, sobre todo para quienes no son católicos, las hermanas pueden parecer monolíticas, que son todas iguales, pero no es así.

Gail DeGeorge, la Hna. Nancy Kamau, una hermanita de San Francisco de Kenia, la Hna. Lina Wanjiku Ndung'u, una hermana de Emmanuel de la Diócesis de Muranga, Kenia, y la editora de GSR Soli Salgado, en la Asamblea de LCWR en Orlando en agosto de 2024. (Foto: cortesía Gail DeGeorge)
¿Cree que el 'mundo secular' entiende a las hermanas? Y en realidad, ¿el mundo católico en general comprende a las hermanas?
Creo que están empezando a hacerlo, en parte gracias a Global Sisters Report y a A Nun's Life Ministry, que es el pódcast que adquirió GSR. Pero se necesita conocerlas más... Los estereotipos que desgraciadamente han permeado los medios de comunicación sobre la vida religiosa, tratándolas como si fueran todas iguales, les ha hecho mucho daño. Los carismas de las comunidades son diferentes, las congregaciones son diferentes, sus misiones son diferentes.
Un gran malentendido es que la gente piensa que las hermanas están apoyadas por la Iglesia católica. Ese es el mayor malentendido que encuentro. Que de alguna manera lo que ponemos en la cesta de la colecta el domingo por la mañana llega a las hermanas, y no es así. Y les choca mucho que las hermanas tengan que ser autosuficientes.
¿Cómo podría mejorar la cobertura mediática de las hermanas?
Escribí una columna entera sobre eso hace un par de años. [Hay que] dejar de lado los estereotipos cuando hablas con las hermanas. Escuchar de verdad y escuchar para comprender. Respetar el trabajo de las hermanas. No caer en la trampa de infantilizarlas o anunciarlas como 'fabulosas'. Las hermanas no son supermujeres; es una de las primeras cosas que te dirán.
Si tuviera que resumir las tendencias en el mundo de las hermanas durante la última década, ¿cuáles serían? Haciendo distinciones entre, por ejemplo, África y las tendencias en Estados Unidos.
En lugares como Estados Unidos y Europa... están lidiando con los cambios en la cultura y la sociedad, y cómo mantienen sus ministerios, cómo pasan las organizaciones que han fundado a mujeres laicas, y buscan formas de continuar sus legados a través de las asociadas.
Recuerdo que en 2016, en mi primera asamblea [de la Conferencia de Liderazgo de Religiosas], le pregunté a una hermana joven: "¿Alguna vez te preocupa el futuro, dadas las cifras?". Ella dijo que no. "Porque si miras nuestra historia", dijo, "nuestros fundadores comenzaron en la nación con tres o cuatro hermanas, solo un puñado de mujeres que fueron lo suficientemente valientes como para salir y comenzar y difundir el Evangelio como Jesús les ordenó que hicieran. Y, ahora, simplemente estamos volviendo a donde estábamos".

Gail DeGeorge, Hna. Joyce Meyer, cofundadora de Global Sisters Report, la Hna. Helga Leija, editora de columnas de GSR y traductora jefe de GSR en español, y la Hna. Jan Cebula, primer enlace de GSR, en la Asamblea de LCWR en Orlando en 2024. (Foto: cortesía Gail DeGeorge)
En el extranjero, en Asia, África y América Latina en diversos grados, las congregaciones siguen atrayendo mujeres y las hermanas trabajan para asegurar su futuro. Y creo que la Fundación Hilton merece mucho crédito bajo la dirección de la Hna. Jane [Wakahiu] por la previsión que ha tenido al formarlas en apoyo, empoderamiento y liderazgo para que estén mejor preparadas para asumir la complejidad de dirigir estas congregaciones que a veces tienen múltiples ubicaciones, docenas si no cientos de hermanas, y ministerios complicados en países que son inestables o en conflicto abierto. Y me alegra decir que Global Sisters Report y National Catholic Reporter han sido los medios que han informado sobre ello.
Como laica católica, ¿ha sentido una creciente solidaridad con las hermanas?
Sí, sin duda. Pero me sorprende que no haya más conexión entre las organizaciones laicas dirigidas por mujeres y las organizaciones de hermanas. Me gustaría que se incluyese a las hermanas cuando haya una gran reunión de mujeres en el mundo laico, y en las reuniones de mujeres católicas.
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¿Afectó a tu propia espiritualidad y a tu relación con la Iglesia conocer a las hermanas y su espiritualidad?
Sí, sin duda. Como escribí hace poco en un blog muy personal, me alejé de la Iglesia durante muchos años y volví a ella a los treinta. Es un patrón muy común. Cuando volví, estudié y me involucré mucho. Pero creo que he aprendido mucho de las hermanas en lo que se refiere a la espiritualidad. Para mí, ahora es mucho más una 'cosa de todo el día'.

Chris Herlinger, corresponsal internacional de GSR, Doreen Ajiambo, corresponsal regional para África y Oriente Medio, y Gail DeGeorge en el edificio de las Naciones Unidas en diciembre de 2022. (Foto: cortesía Gail DeGeorge)
Las hermanas ejemplifican la frase, y perdónenme, no recuerdo el dicho ni quién es: "Reza siempre. Incluso en las peores y mejores circunstancias". Creo que ver a las hermanas y su fe en las circunstancias más terribles ha hecho que mi fe sea más fuerte. Incluso cuando he estado tan disgustada con la jerarquía de la Iglesia católica, con los escándalos de abusos, por ejemplo.
Usted supervisó varios proyectos en la última década. ¿Cuáles fueron algunos de los más destacados?
La serie sobre los sintecho, Un lugar al que llamar hogar, fue uno de ellos. La serie Esperanza en medio del caos ha sido sin duda la más difícil que he hecho. He hecho un trabajo realmente difícil como periodista. Pero, en términos de la pequeñez de nuestro personal y nuestros recursos y la ambición que teníamos, en términos de enviar gente a zonas de guerra, y tener a las hermanas escribiendo para nosotros, pero protegiendo su identidad cuando lo necesitábamos, todos [los proyectos] eran retos.
En sus casi 10 años en GSR, ¿cuál ha sido su mayor logro como editora?
Conseguir un mayor reconocimiento para las hermanas católicas, sus ministerios, sus increíbles vidas y las personas a las que sirven. Creo que hemos logrado visibilizar las misiones y los ministerios de las hermanas, pero también, gracias a la retroalimentación que recibimos de las hermanas desde el principio, prestamos mucha atención a la vida religiosa.
Global Sisters Report también se ha convertido en una comunidad para hermanas de todo el mundo. Y eso fue deliberado y era un objetivo. Somos ante todo periodistas, pero hemos creado un espacio para que las hermanas se comuniquen entre sí y comuniquen sus misiones y su ministerio al mundo.

Los viajes al extranjero incluían algún tiempo para ver lugares y paisajes locales. Gail DeGeorge en el Giraffe Centre de Nairobi, Kenia, en octubre de 2016. (Foto: cortesía Gail DeGeorge).
¿Qué recuerdos le gustaría compartir?
Momentos totalmente sorprendentes, como cuando estaba con la hermana Joyce [Meyer] en un campo de refugiados [del grupo étnico] karen, en la frontera entre Tailandia y Birmania [Myanmar es su nombre oficial adoptado por el régimen militar en 1989]. Y en un momento dado nos animaron a bailar una danza, así que esperaba ver una danza ceremonial local, una danza tradicional. En lugar de eso, lo que suena es la Danza del Pollo, ¡que se tocó en mi boda! Es una de esas tontas canciones americanas. Así que tienes a todos estos refugiados karen; y la hermana Joyce, por supuesto, salta y baila.
Lo que me sorprendió fue lo bien que me lo pasé, que incluso en los momentos y lugares difíciles, todo se basaba en la hospitalidad de las hermanas, y en su voluntad para ayudarnos a conseguir las historias y las entrevistas que necesitábamos.
Dejo Global Sisters Report, pero no dejo a las hermanas. Recuerdo que en una asamblea de LCWR, una hermana dijo algo así como: "Mientras tengas saliva en la lengua, [las hermanas] te pondrán a trabajar". Y yo, me siento así.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 3 de julio de 2025.