
La Hna. Laurentina Suharsih es miembro de las Hermanas de la Divina Providencia y trabaja como coordinadora de Justicia, Paz e Integridad de la Creación para su congregación en Indonesia. (Foto: cortesía Hna. Laurentina Suharsih)
Nota de la editora: Esta historia forma parte de Salir de las sombras: luz contra la violencia de género, la serie de Global Sisters Report y Global Sisters Report en español que se enfoca en cómo las hermanas católicas responden a este fenómeno mundial o se ven afectadas por él.

La hermana Laurentina Suharsih, de 52 años, es miembro de las Hermanas de la Divina Providencia y coordinadora de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) de su congregación en Indonesia. Es una de las tres personas que han recibido del Gobierno de este país el Premio a la Trayectoria por su labor contra la trata de seres humanos.
Prabowo Subianto, presidente de Indonesia, entregó el prestigioso galardón a Suharsih el 28 de diciembre de 2024 en Yakarta, lo que supone el reconocimiento del Gobierno a la labor, en los últimos años, de Suharsih y de otras activistas contra el tráfico humano.
Suharsih habló con Global Sisters Report (GSR) sobre su ministerio contra la trata de seres humanos.
GSR: ¿Cuánto tiempo lleva implicada en la lucha contra la trata de seres humanos?
Suharsih: Llevo más de una década trabajando en este ministerio. Me invitaron a dedicarme a este ministerio cuando me destinaron a Timor Occidental, provincia de Nusa Tenggara Oriental (Indonesia), en 2011. Lo que más me animó fue mi encuentro con una víctima de la trata de personas de Timor. Era una trabajadora legal en Malasia, pero la familia con la que trabajaba la trataba mal y abusaba físicamente de ella. A partir de entonces, con el conocimiento de mi congregación, me comprometí con este ministerio.
Estudié Asuntos Sociales y Políticos en Yakarta en 2014, aprovechando algunas oportunidades para enriquecer mis conocimientos y experiencia con la comunidad Migrant Care y Sahabat Insan (dirigida por el padre jesuita Ignatius Ismartono). Después de mis estudios en 2016, regresé a Timor, y mi provincial me confió [la] responsabilidad como coordinadora de JPIC y del ministerio contra la trata de personas.
En 2017, el arzobispo de Kupang me invitó a unirme a la JPIC de la arquidiócesis. Colaboré con el equipo de JPIC educando a chicas y chicos jóvenes sobre la lucha contra la trata de seres humanos. Sin embargo, no estaba satisfecha porque solo era una especie de [motivación] o campaña contra la trata de personas, y yo quería acciones concretas.
¿Qué ha conseguido en este ministerio?
No trabajo sola. Colaboro con la JPIC, con congregaciones religiosas e incluso con pastores protestantes y otros voluntarios con espíritu ecuménico. Mi amigo me presentó a dos pastoras protestantes, la reverenda Emmy Sahertian y la reverenda Paoina Bara Pa, de la Gereja Masehi Injili di Timor o GMIT (Iglesia Cristiana Evangélica de Timor), y a otras activistas del ministerio contra la trata de seres humanos. Me siento agradecida por [conocerlas], ya que me animaron a profundizar en este ministerio. Disfruto de los momentos oportunos para rezar y dialogar con ellos sobre cómo defender a las víctimas y tratar con el Gobierno las cuestiones relacionadas con la trata de seres humanos.
Actualmente trabajo con la Comisión Justicia y Paz-Pastoral de Migrantes e Itinerantes, y junto con otros clérigos y miembros laicos de la comisión educamos a estudiantes y trabajadores sobre los trabajadores migrantes y el problema de la trata de personas. También abogamos por las víctimas.
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¿Puede explicar por qué la llaman 'la monja del cargamento'?
Sinceramente, no me hace mucha gracia ese título. La 'monja del cargamento' fue [acuñada] por los medios de comunicación locales, [que] me encuentran con frecuencia en el puerto o el aeropuerto de Kupang, esperando [los] ataúdes de los trabajadores emigrantes fallecidos en el extranjero, cargados como cargamento. Esto forma parte de este ministerio. Sé que es difícil aceptarlo.
El año pasado más de 100 trabajadores migrantes de la provincia de Nusa Tenggara Oriental murieron en Malasia por enfermedad grave o accidente. La mayoría eran trabajadores ilegales. Y fue muy angustioso ver a las familias que encontraron a sus seres queridos regresar así a casa. En [un] momento así acompaño a las familias y les ayudo a llevar los ataúdes a casa en diversos lugares o islas. Un vehículo donado, [utilizado] como [una] ambulancia, está disponible para ayudar a las familias.
¿Qué espera del Gobierno y de la Iglesia en la lucha contra la trata de seres humanos?
Sabemos que la trata de seres humanos es un asunto muy urgente. También es un asunto complicado. La trata de seres humanos debería ser una de nuestras principales preocupaciones en la sociedad y en la Iglesia de hoy.
Lamentablemente hay una falta de atención y responsabilidad por parte del Gobierno, los políticos y la Iglesia. Todo el mundo debería abrir los ojos [a las] víctimas de la trata de seres humanos. No podemos tolerar que esto [suceda] una y otra vez.
El Gobierno debe desempeñar un papel importante para evitar la trata de seres humanos. Al mismo tiempo, espero que la Iglesia católica, junto con otras religiones, se convierta en la primera en alzar la voz y actuar contra la trata de seres humanos.

La Hna. Laurentina Suharsih aparece en la foto con otras hermanas durante sus bodas de plata de vida religiosa, el 1 de enero de 2025. Suharsih es miembro de las Hermanas de la Divina Providencia y coordinadora de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de su congregación en Indonesia. (Foto: Kristian Paskalis Cangkung)
¿Qué desafíos experimenta en este ministerio?
Me canso. Me canso cuando me doy cuenta de que la trata de seres humanos parece ser un problema interminable. A veces la falta de apoyo y aprecio de las autoridades eclesiásticas o de otros religiosos y religiosas debilita mi energía para seguir luchando. Pero no quiero rendirme. Como religiosa, creo que esta es una de nuestras misiones urgentes hoy en día. Rezo y medito constantemente para reforzar mi espiritualidad. Podría haber abandonado este ministerio si no tuviera una relación profunda y fuerte con Dios.
¿Cómo relaciona este ministerio con su vocación religiosa?
Soy hermana de la Divina Providencia desde hace 25 años. Celebré las bodas de plata de mi profesión religiosa el 1 de enero de 2025. Y estoy agradecida por formar parte de este ministerio contra la trata de seres humanos. Tiene sentido [en] mi vida religiosa. Lo más importante es que no estoy sola en esta batalla contra la trata de seres humanos. He estado caminando junto con otros colaboradores.
Mi lema para mis bodas de plata era: "Tuhan ada di sini. Cukup bagiku" ("Dios está aquí. Con eso me basta").
Dios está conmigo en este ministerio. Experimento la presencia de Dios allá donde voy, acompañando a las víctimas y a sus familias. O cuando otras colaboradoras y yo esperamos durante horas la llegada de los ataúdes, como mercancía, en el aeropuerto. También veo su presencia entre los activistas que luchan incansablemente contra la trata de seres humanos. Es verdaderamente mi fe [lo que me hace] seguir adelante en este difícil ministerio.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 9 de abril de 2025.