
(Imagen gráfica: GSR/Olivia Bardo, a partir de foto del papa Francisco vía CNS/Reuters/Guglielmo Mangiapane)
Ahora que ha sido elegido el papa León XIV, tal vez puedan reanudarse por un tiempo las reflexiones sobre el difunto papa Francisco.
Una de las preguntas centrales de este debate será el legado teológico de Francisco: ¿Cuáles fueron sus contribuciones al campo de la teología? ¿Cuán duraderas serán? ¿Las adoptará su sucesor?
En una reciente entrevista conjunta con Global Sisters Report (GSR), dos religiosas teólogas católicas —la hermana Maeve Heaney y la hermana Maria Cimperman— coincidieron en que una piedra angular del legado de Francisco será su enfoque en la teología pastoral y la importancia de comprometerse con las experiencias vividas de las personas, especialmente las marginadas. También fue importante su apertura al diálogo y su llamamiento a una Iglesia sinodal, es decir, menos clerical y que invite activamente a una diversidad de voces laicas a participar en el debate sobre los asuntos de la Iglesia.
Otro pilar que probablemente tendrá un impacto duradero: las enseñanzas de Francisco sobre el cuidado de la Tierra, en particular la encíclica histórica Laudato Si', sobre el cuidado de la casa común.
Heaney es miembro de la Comunidad Verbum Dei y enseña en la Universidad Católica Australiana de Brisbane.
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Cimperman es religiosa del Sagrado Corazón de Jesús y enseña ética teológica y vida consagrada en la Unión Teológica Católica de Chicago. Actualmente vive en Roma y es coordinadora de sinodalidad en la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG).
Esta es la primera parte de una entrevista [a dos voces] en dos entregas.
GSR: Francisco no era un teólogo de formación como Benedicto XVI, pero sin duda ha contribuido a la teología. ¿Cuál cree que será esa contribución?
Heaney: No sé si es necesario definir a Francisco como teólogo, pero sí que me resisto cuando oigo decir: "Bueno, él no era teólogo. Su contribución no fue a la teología, sino a la pastoral", en contraposición con el papa Benedicto [XVI]. Creo que eso es falso. Creo que tenía una visión muy clara de lo que debía hacer la teología y era muy consciente de ello.
Creo que tener una perspectiva pastoral no significa que se sea menos consciente teológicamente o que eso afecte menos a la teología. Creo que realmente abrió la teología en muchos sentidos y que la teología estaba muy presente en él sin necesidad de definirlo como teólogo.
Cimperman: Aunque él pudiera haber dicho: "No soy teólogo", sin duda preguntaba mucho a los teólogos. Nos pedía que estuviéramos sobre el terreno. Nos preguntaba, al igual que hacía [el difunto teólogo de la liberación peruano] Gustavo Gutiérrez: "Si realmente te importan las personas empobrecidas, ¿qué relación tienes con ellas? ¿Quiénes son? ¿Cómo se llaman?".
Tras la conclusión de la asamblea sinodal de 2023, Francisco publicó un motu proprio [un documento papal que el Papa inicia por iniciativa propia] en el que nos pedía una teología abierta, contextual, transdisciplinar, dialógica, conectada a una red de relaciones, sin perder de vista la profundidad y la amplitud de nuestra tradición. Eso es lo que esperaba de los teólogos.

El papa Francisco saluda a la delegada sinodal María Cimperman, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, antes de una sesión de trabajo del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad en el Vaticano, el 4 de octubre de 2024. (Foto: CNS/Vatican Media)
También quería que estuviéramos conectados con las personas, con la Tierra. Lo personal, lo pastoral y lo teológico deben estar vinculados, tal y como se recoge en Laudato Si'. Francisco nos recordó que la Tierra y las personas están conectadas. No se puede tener una sin la otra. En realidad, nos estaba ayudando a lograr una mayor integración.
Además, quería que los teólogos trabajaran juntos y de manera sinodal, escuchándose unos a otros, ampliando el círculo de escucha, dialogando y discerniendo en comunidad.
En el documento final del sínodo, aprobado por el papa Francisco, escuchamos la llamada a fomentar el diálogo entre teólogos y pastores. Tenemos que trabajar más juntos, al servicio de los demás. Debemos servir a todo el pueblo de Dios, caminando juntos hacia el reino de Dios.
¿Cree que Laudato Si' será el legado teológico más duradero de Francisco?
Heaney: Sin duda es una de sus contribuciones más importantes. Probablemente sea la más visible en términos del mundo [en general]. Creo que es un documento que llamó la atención de todo el mundo, y es la primera vez que veo al Vaticano organizar un 'plan de acción' en torno a la doctrina de la Iglesia.
Creo que será un legado enorme para el mundo como punto de conexión y quizás también como 'punto teológico' creativo, porque, seamos sinceros, cambió nuestra espiritualidad, que era muy individual o muy moralista-sexual en lugar de creativa-ambiental.

La Hna. Maeve Heaney, de Verbum Dei, habla en la conferencia "Mujeres líderes: hacia un futuro más luminoso", el 6 de marzo de 2024, en la sede de los jesuitas en Roma. (Foto: CNS/cortesía Kathrin Ziegler)
Cimperman: El papa Juan Pablo II era consciente de la crisis ecológica: su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 1990 fue significativo. Y la encíclica Caritas in Veritate del papa Benedicto [XVI] trataba sobre la interconexión entre los seres humanos y la Tierra, y contenía pasajes hermosos que a menudo se pasan por alto.
El papa Francisco y Laudato Si' elevaron la conciencia a niveles completamente nuevos, de los que surgieron movimientos y colaboraciones. Tenemos mucho más por hacer para implementar Laudato Si', pero él abrió muchas puertas con sus escritos y su compromiso.
También diría que, aunque no es tan conocida, Fratelli Tutti ofreció una visión del mundo que también es clave.
Luego está la sinodalidad.
Cimperman: Sí. Si tuviera que nombrar un ámbito por el que creo que Francisco será más conocido, sería la sinodalidad. Todavía está creciendo teológicamente y, sin embargo, Francisco es responsable de abrirla de nuevo. La sinodalidad influirá en nuestra relación con Dios, con los demás y con la creación.
El documento final sobre la sinodalidad exhorta a los teólogos a desarrollar este aspecto en todos los ámbitos posibles y a ponerlo en práctica mientras lo hacemos.
Este camino continuo de renovación espiritual y reforma estructural tendrá un impacto en todos los ámbitos de la Iglesia: la eclesiología, los sacramentos y mucho más. Estamos viviendo la pregunta '¿cómo ser una Iglesia en misión?', y esto cambiará nuestra forma de participar, de discernir en comunidad, de construir comunidad y de salir a amar y servir como discípulos misioneros.
Como teólogas, ¿sienten que Francisco les ha abierto un espacio para realizar su trabajo?
Heaney: Sí, lo creo. Siento que, en la época de Francisco, he podido hacer preguntas. Creo en el avance de la Iglesia y, por lo tanto avanzo con mucho cuidado, y lo que creo que es el paso correcto, lo doy y sigo adelante, porque creo que debemos ser cuidadosos y reflexivos en lo que hacemos.
Pero siento que he podido hacerlo. Siento que he podido empezar a nombrar las cosas de una manera sensata, lo cual antes no podía. Creo que él entendía la teología, quería que las mujeres se dedicaran a ella y nos permitió hacerlo.
Hubo momentos en los que no estaba de acuerdo con su teología, pero creo que era el tipo de persona que podía estar abierto a escuchar una opinión teológica que le interesara y que quizá le hiciera pensar de otra manera.
Cimperman: Creo que estaba abierto a dejarse transformar, a comprometerse con el papel de las mujeres. Realmente trabajó en ello y trató de encontrar esos espacios.
Creo que denunciar el clericalismo fue uno de esos espacios. Creo que nombrar a mujeres para puestos de alto nivel, como primer prefecto del dicasterio; nombrar a mujeres para el consejo del Sínodo de los Obispos, fue un espacio. Creo que estaba tratando de impulsar lo que podía.
Como mujer teóloga, en la época de Francisco sentí que todos podíamos plantear y abordar las cuestiones urgentes que nos rodeaban.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 19 de junio de 2025.