San Óscar Romero fue asesinado en la capilla de un hospital en San Salvador hace 43 años, pero las hermanas Carmelitas Misioneras de Santa Teresa mantienen viva su memoria en los terrenos del hospital en lo que consideran su "santuario": una pequeña residencia que construyeron para él en la entrada de la propiedad. Conoce en este reportaje las presiones y humillaciones por parte de la fuerza pública que sufrieron las religiosas por acompañar al arzobispo que había hecho una opción preferencial por los pobres.